Resumir información sin perder esencia
El camino hacia una tesis de grado es un viaje
intelectual que requiere rigor, claridad y una comprensión profunda del tema.
Uno de los retos más complejos en esta travesía es lograr la síntesis efectiva
de información: es decir, reducir grandes volúmenes de contenido sin desvirtuar
su esencia. Esta habilidad no solo es útil, sino indispensable en la
elaboración de un trabajo académico riguroso. ¿Cómo seleccionar lo importante
sin mutilar el sentido? ¿Cómo condensar sin vaciar? Este artículo se propone responder
a estas preguntas mediante una exposición clara, técnica y accesible sobre las
principales técnicas de síntesis utilizadas en contextos académicos, con un
enfoque humano, práctico y pedagógico.
¿Qué
es sintetizar y por qué es vital para una tesis?
La síntesis es el proceso de reducir,
reorganizar y presentar información relevante en una forma más concisa,
manteniendo el sentido esencial del mensaje original. En una tesis de grado,
donde se revisan múltiples fuentes, teorías y datos, la síntesis permite al
investigador integrar ideas y construir argumentos sin caer en la repetición o
en la dispersión.
Como dice Umberto Eco (2010), "el
investigador no está obligado a reproducir todo lo que ha leído, sino a
digerirlo". En otras palabras, sintetizar no es copiar menos, es
comprender más.
Diferencia entre
resumir, parafrasear y sintetizar
Aunque suelen confundirse, resumir, parafrasear
y sintetizar cumplen funciones distintas en el trabajo académico:
·
Resumir: reducir un texto a sus ideas
principales.
·
Parafrasear: reescribir un
contenido con palabras propias, manteniendo su significado.
·
Sintetizar: integrar diversas
fuentes o fragmentos para formar una visión cohesionada y estructurada.
Ejemplo práctico: Imagina que revisas tres
textos sobre el impacto del cambio climático en la agricultura. Un resumen
tomaría lo esencial de cada uno; una paráfrasis expresaría sus ideas en tus
propias palabras; la síntesis, en cambio, uniría las conclusiones comunes y
contrastantes para construir una mirada propia, que será el fundamento de tu
argumentación.
Técnicas
de síntesis aplicadas a la tesis
1. Lectura
analítica con propósito
Antes de sintetizar, es imprescindible leer con
propósito. Identifica desde el inicio cuál es el objetivo de cada lectura: ¿te
aporta contexto? ¿te da una definición clave? ¿apoya o refuta tu hipótesis?
Esta lectura orientada evita el consumo pasivo de información y promueve la
evaluación crítica.
2. Esquemas
y mapas conceptuales
Visualizar las ideas facilita enormemente su
comprensión. Al construir mapas mentales, jerarquías conceptuales o diagramas
de flujo, el investigador comienza a detectar patrones, relaciones y
redundancias. Estos recursos no solo ayudan a entender, sino también a
comunicar lo comprendido.
3. Fichas
de trabajo
Una herramienta clásica y todavía vigente. En
cada ficha se coloca:
·
La
idea clave
·
Fuente
·
Comentario
crítico personal
·
Relación
con otras ideas
Este sistema permite luego agrupar fichas por
categorías, teorías, enfoques, y así, organizar el cuerpo del trabajo.
4. Uso
del lenguaje neutro y claro
En la síntesis, menos es más, pero ese
"menos" debe ser preciso. Se recomienda el uso de un lenguaje claro,
evitando adjetivaciones innecesarias y giros rebuscados. Una buena síntesis no
brilla por su retórica, sino por su claridad.
5. Cuadro
comparativo de fuentes
Cuando se trabaja con múltiples autores,
construir un cuadro comparativo por criterios (autor, año, enfoque, hallazgos,
limitaciones) es de gran utilidad. Ayuda a visualizar coincidencias y
discrepancias, y a extraer lo esencial de cada propuesta teórica.
Analogía:
El chef académico
Imaginemos que el investigador es un chef.
Tiene una mesa repleta de ingredientes (las fuentes), pero su tarea no es
presentarlos crudos. Debe saber qué combina con qué, qué cantidad usar y qué
dejar fuera. La tesis no es un buffet libre, sino un platillo bien preparado
donde cada sabor (idea) está justificado y medido. Sintetizar, entonces, es
cocinar con criterio: usar lo necesario, eliminar lo superfluo y presentar lo
valioso con sentido y sabor.
¿Por
qué es difícil sintetizar?
La dificultad reside en tres factores
principales:
1.
Miedo
a dejar fuera información importante.
2.
Apego
excesivo al contenido original.
3.
Falta
de confianza para interpretar y transformar la información.
Superar estos obstáculos implica asumir un rol
activo como autor. No se trata de replicar voces ajenas, sino de construir una
voz propia a partir de otras.
Errores
comunes al sintetizar
·
Copiar frases textuales sin
entrecomillar ni citar (plagio).
·
Hacer resúmenes extensos que
no agregan valor.
·
Confundir cantidad de
fuentes con calidad de integración.
·
Incluir citas innecesarias
solo por llenar espacio.
Una síntesis efectiva demuestra que el autor ha
leído, comprendido, interpretado y transformado el contenido.
Ejemplo
aplicado: Caso ficticio de Laura
Laura, estudiante de Psicología, trabaja en su
tesis sobre el estrés académico en estudiantes universitarios. Tiene 20
artículos científicos, cada uno con enfoques distintos. En vez de incluir una
cita por artículo, hace un cuadro comparativo y luego redacta:
"Diversos estudios coinciden en que los
niveles de estrés académico aumentan significativamente en los períodos de
evaluación (Ramírez, 2018; Cortés y Molina, 2020; Espinoza et al., 2022),
aunque algunos destacan también factores de personalidad como predisponentes
(Gómez, 2019)."
Aquí, Laura no solo sintetizó, sino que integró
la información y dejó ver su comprensión crítica.
Beneficios
de una buena síntesis
·
Mayor
claridad argumentativa
·
Economía
de palabras sin pérdida de contenido
·
Mayor
capacidad de análisis
·
Mejora
del estilo académico
·
Prevención
del plagio
Consideraciones
finales
Dominar las técnicas de síntesis es un acto de
madurez investigativa. Implica pasar de ser un lector pasivo a un autor activo.
Requiere juicio, criterio y confianza. Una buena tesis no es la que cita mucho,
sino la que piensa con lo que cita.
Como recordaba Leonardo da Vinci: "La
simplicidad es la máxima sofisticación". En el mundo académico, saber
decir mucho con pocas palabras es un arte, y como todo arte, se aprende con
técnica, práctica y sensibilidad.
Bibliografía
consultada
·
Eco,
U. (2010). Cómo se hace una
tesis. Gedisa.
·
Hernández
Sampieri, R., Fernández Collado, C., & Baptista Lucio, P. (2014). Metodología de la investigación.
McGraw-Hill.
·
Martínez,
M. (2013). Cómo redactar
textos académicos. Fondo de Cultura Económica.
·
Rincón,
D. (2015). Técnicas de estudio y comprensión lectora. Editorial Trillas.
·
Zorrilla,
A. (2018). Didáctica de la
producción escrita en la universidad. Miño y Dávila.