USO DE CITAS INDIRECTAS

Resumir ideas de otros autores correctamente

El camino hacia una tesis de grado suele sentirse como un ascenso por una montaña empinada. La cima representa el dominio de un tema, la originalidad de una propuesta y la capacidad de contribuir, aunque sea modestamente, al mundo académico. Pero, como en todo ascenso, nadie llega solo: otros pensadores, investigadores y autores han caminado antes y nos tienden puentes invisibles a través de sus textos. Resumir correctamente las ideas de esos autores —hacer uso de citas indirectas— es una de las habilidades más esenciales y menos comprendidas del proceso de investigación.

A menudo, el estudiante se encuentra atrapado entre dos temores: por un lado, el de copiar literalmente sin comprender, y por otro, el de tergiversar las ideas por no saber cómo reformularlas. Este artículo busca ser una brújula para ese estudiante: explicaremos qué es una cita indirecta, por qué su uso es crucial en el contexto de una tesis y, sobre todo, cómo hacerlo bien, de manera ética, precisa y significativa.

 

1. ¿Qué es una cita indirecta y por qué importa?

Una cita indirecta es una forma de referirse a las ideas de otro autor utilizando nuestras propias palabras. A diferencia de una cita directa, no se reproducen los términos exactos, sino que se resume o parafrasea el contenido, respetando siempre la autoría intelectual. En lugar de construir un muro de palabras ajenas, la cita indirecta permite integrar el conocimiento de otros al discurso propio de forma armónica.

“Citar indirectamente es como traducir una sinfonía a un lenguaje íntimo y propio, sin perder la melodía original.” – Parafraseando a Eco (2007)

¿Por qué es tan importante esta habilidad en una tesis? Porque es en la cita indirecta donde el estudiante demuestra que comprendió de verdad el pensamiento de otro autor, que puede reinterpretarlo, conectarlo con su propio marco teórico y proyectarlo hacia sus propios hallazgos. No se trata solo de decir “quién dijo qué”, sino de mostrar “cómo eso que se dijo nos ayuda a pensar algo nuevo”.

 

2. Entre la fidelidad y la voz propia: el delicado equilibrio

Una buena cita indirecta debe respetar tres principios fundamentales:

·         Fidelidad conceptual: mantener la idea original del autor.

·         Reformulación personal: expresarla con las propias palabras.

·         Referencia clara: atribuir correctamente la fuente.

Imaginemos que leemos en Bunge (2000) que “el conocimiento científico es un sistema de ideas en constante evolución, sujeto a revisión y refutación”. Una cita indirecta adecuada podría ser:

Según Bunge (2000), la ciencia se construye a partir de ideas dinámicas que se revisan y reformulan a lo largo del tiempo.

Aquí se respeta el contenido, se cambia la forma y se acredita la fuente. No se copia textualmente, pero se mantiene la esencia. Es, por decirlo con una analogía, como cocinar con ingredientes ajenos pero con receta propia.

 

3. El riesgo de la tergiversación: cuando el resumen se vuelve traición

Uno de los errores más comunes —y peligrosos— en el uso de citas indirectas es cambiar el sentido de lo dicho por el autor. Esto puede suceder por descuido, por desconocimiento del contexto o por apresuramiento en la escritura.

Por ejemplo, si el texto original sostiene que “la inteligencia emocional es tan importante como el coeficiente intelectual en el ámbito laboral” (Goleman, 1995), sería un error decir:

Goleman (1995) considera que la inteligencia emocional es más importante que el coeficiente intelectual.

Esta pequeña modificación cambia la idea original y puede afectar seriamente la credibilidad del trabajo. Una tesis no solo evalúa lo que descubrimos, sino también cómo comprendemos lo que otros descubrieron antes.

 

4. El arte de resumir sin empobrecer

Resumir ideas ajenas requiere destreza lingüística y comprensión profunda. Un buen resumen no es solo más breve, sino también más claro. Para lograrlo, se recomienda el siguiente proceso:

Paso 1: Leer y comprender a fondo

Antes de resumir, hay que leer varias veces el texto original. Subrayar las ideas principales, identificar los argumentos centrales y distinguir lo esencial de lo accesorio. La comprensión no puede ser superficial.

Paso 2: Desvincularse del texto

Después de leer, intenta cerrar el libro o minimizar el documento y explica con tus propias palabras lo que entendiste. Si no puedes hacerlo sin mirar el texto, aún no estás listo para resumir.

Paso 3: Redactar la idea en tu estilo

Busca expresar la idea como si se la contaras a un compañero que desconoce el tema, pero sin caer en simplificaciones excesivas. Usa un lenguaje claro, técnico pero accesible, y evita giros del texto original.

Paso 4: Verificar la fidelidad

Compara tu redacción con el texto original para asegurarte de que no has omitido elementos importantes ni añadido interpretaciones erróneas.

 

5. ¿Cuándo usar una cita indirecta y cuándo una directa?

La cita indirecta no reemplaza a la directa, pero sí debe ser usada con más frecuencia. Una regla general en la redacción académica es que las citas directas se reservan para ideas especialmente relevantes, definiciones precisas o expresiones que perderían fuerza al ser reformuladas.

Por ejemplo:

·         Para definir un concepto jurídico exacto → cita directa.

·         Para explicar un enfoque teórico complejo → cita directa.

·         Para resumir la visión de un autor sobre un tema general → cita indirecta.

Usar demasiadas citas directas puede generar la impresión de que el autor de la tesis no domina el contenido, mientras que el uso juicioso de citas indirectas demuestra comprensión, análisis y capacidad de síntesis.

 

6. La dimensión ética: citar es reconocer

Citar bien no es un tecnicismo, es una cuestión ética. Atribuir correctamente las ideas es una forma de dar reconocimiento al trabajo intelectual de los demás y de construir un conocimiento basado en el respeto mutuo.

En el contexto universitario, además, la mala citación puede derivar en acusaciones de plagio, incluso si no hay intención dolosa. Por eso, cada vez que se incorpora una idea ajena —aunque esté parafraseada— debe mencionarse su autor y su obra.

 

7. Herramientas y recursos que ayudan

Hoy existen numerosos recursos que pueden facilitar el uso correcto de citas indirectas:

·         Gestores bibliográficos como Zotero, Mendeley o EndNote, que permiten organizar las fuentes y citarlas automáticamente.

·         Normativas de estilo académico, como APA, MLA o Vancouver, que explican cómo hacer referencias en cada caso.

·         Talleres de escritura académica, muchas veces ofrecidos por las bibliotecas universitarias, que ayudan a desarrollar esta habilidad con práctica guiada.

·         Revisión entre pares: compartir borradores con compañeros o tutores permite recibir retroalimentación antes de entregar la tesis final.

 

8. Ejemplos que inspiran: aprender de quienes ya lo hicieron bien

Uno de los mejores aprendizajes proviene del análisis de buenos trabajos. Observando cómo otros estudiantes, en tesis aprobadas con distinción, usaron citas indirectas, se pueden extraer lecciones prácticas.

Ejemplo real tomado de una tesis en Psicología:

Original: “El aprendizaje significativo ocurre cuando la nueva información se relaciona de modo sustancial con lo que el estudiante ya sabe” (Ausubel, 1983).

Cita indirecta: Según Ausubel (1983), el aprendizaje es más efectivo cuando los contenidos nuevos se integran a conocimientos previos de manera significativa.

Aquí se logra un equilibrio perfecto entre precisión, claridad y autoría.

 

9. Conectando emocionalmente: la tesis como diálogo

La escritura de una tesis no debería ser vista como un monólogo, sino como un diálogo: entre el estudiante y su tema, entre el pasado y el presente, entre autores clásicos y nuevas generaciones de investigadores. Las citas indirectas son el modo en que el estudiante participa activamente en esa conversación.

Cuando se parafrasea correctamente a un autor, se le escucha, se le comprende y luego se responde con voz propia. Es allí donde el conocimiento se vuelve humano, cuando no solo repetimos lo que otros dijeron, sino que lo integramos para decir algo nuevo.

 

Conclusión

Citar indirectamente es más que una técnica: es una actitud frente al conocimiento. Implica humildad para reconocer lo que otros aportaron antes, pero también confianza para expresar con nuestra voz lo que entendemos y cómo lo conectamos con nuestra investigación.

En un mundo saturado de información, saber resumir bien es un superpoder. En una tesis de grado, es una exigencia irrenunciable. Usar citas indirectas correctamente no solo mejora la calidad del trabajo académico, sino que transforma la relación del estudiante con el saber, volviéndola más crítica, más reflexiva, más viva.

 

Bibliografía

·         Ausubel, D. P. (1983). Psicología educativa: un punto de vista cognoscitivo. México: Trillas.

·         Bunge, M. (2000). La ciencia, su método y su filosofía. Buenos Aires: Siglo XXI.

·         Eco, U. (2007). Cómo se hace una tesis: Técnicas y procedimientos de estudio, investigación y escritura. Barcelona: Gedisa.

·         Goleman, D. (1995). Inteligencia emocional. Barcelona: Kairós.

·         Hernández Sampieri, R., Fernández Collado, C., & Baptista Lucio, P. (2014). Metodología de la investigación. México: McGraw-Hill.

·         Serrano, J. (2016). Redacción académica para la tesis universitaria. Lima: Fondo Editorial PUCP.

·         Vázquez, G. (2021). Escribir para investigar: guía práctica de redacción científica. Buenos Aires: Ediciones UNGS.

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