Detallar procedimientos en papers científicos
Imagina que estás construyendo un puente. No
basta con que sea funcional; cada viga, cada tornillo, debe estar perfectamente
colocado para garantizar su estabilidad. En la escritura de un artículo
científico, la sección experimental es ese puente: un componente crítico que
conecta tus hipótesis con tus resultados. Si esta sección está mal construida,
el lector —y con él, la credibilidad de tu investigación— se pierde en el
vacío. Escribir una sección experimental no es solo un ejercicio técnico; es un
acto de comunicación que requiere precisión, claridad y una narrativa que
invite al lector a confiar en tu trabajo.
Este artículo está diseñado para guiarte en la
redacción de secciones experimentales en papers científicos, con un enfoque
especial para quienes están elaborando una tesis de grado. Exploraremos cómo
estructurar esta sección, por qué cada elemento es crucial y cómo lograr un
equilibrio entre rigor técnico y accesibilidad. A través de ejemplos prácticos,
analogías y reflexiones, te ayudaremos a construir un relato científico que no
solo informe, sino que también conecte emocionalmente con el lector, haciendo
que tu trabajo sea memorable y confiable.
¿Por qué es tan
importante la sección experimental?
La sección experimental es el corazón
metodológico de un paper científico. Es donde describes, paso a paso, cómo
llevaste a cabo tu investigación. Pero más allá de ser un simple listado de
procedimientos, esta sección tiene un propósito más profundo: permitir que
otros investigadores puedan replicar tu trabajo y validar tus resultados. Como
señala Creswell (2014), “la reproducibilidad es la piedra angular de la
ciencia”. Sin una descripción clara y detallada, tu investigación pierde su
valor, como un mapa sin coordenadas.
Piénsalo como si estuvieras enseñando a un
amigo a preparar tu receta favorita. No basta con decir “mezcla los
ingredientes”; necesitas especificar qué ingredientes, en qué cantidades y en
qué orden. Si omites un paso, el resultado puede ser un desastre. En la
ciencia, ese “desastre” podría significar que otro investigador no pueda
replicar tus hallazgos, lo que pone en duda la validez de tu trabajo.
La conexión emocional
con el lector
Escribir una sección experimental no es solo un
ejercicio técnico; es una oportunidad para mostrar tu compromiso con la verdad
científica. Cuando detallas tus procedimientos con claridad, estás diciendo al
lector: “Confía en mí, he hecho esto con cuidado”. Esta transparencia genera
una conexión emocional, especialmente para estudiantes de tesis que pueden
sentirse abrumados por la complejidad de la investigación. Al leer una sección
experimental bien escrita, sienten que el proceso es alcanzable y que ellos
también pueden lograrlo.
Estructura de la
sección experimental
Una sección experimental típicamente incluye
las siguientes subsecciones, aunque su organización puede variar según la
disciplina o la revista científica:
1.
Materiales y equipos: Describe los
materiales, instrumentos y software utilizados.
2.
Diseño experimental: Explica el enfoque
general, como el tipo de experimento (controlado, de campo, etc.) y las
variables involucradas.
3.
Procedimientos: Detalla los pasos
específicos realizados, en orden cronológico.
4.
Análisis de datos: Describe las técnicas
estadísticas o computacionales empleadas para procesar los resultados.
A continuación, desglosaremos cada una de estas
partes, con ejemplos prácticos y consejos para garantizar claridad y precisión.
1. Materiales y
equipos: La base de tu experimento
Esta subsección es como el inventario de un
chef antes de cocinar. Debes listar todos los materiales y equipos utilizados,
especificando marcas, modelos y, si aplica, concentraciones o especificaciones
técnicas. Por ejemplo, en un estudio de química, no basta con decir “usamos
ácido clorhídrico”; debes indicar “ácido clorhídrico al 37% (Merck, Darmstadt,
Alemania)”.
Ejemplo práctico:
En un estudio sobre la biodegradación de
plásticos, podrías escribir:
“Se utilizaron muestras de polietileno de baja densidad (PEBD, Sigma-Aldrich,
pureza >99%) y un biorreactor de 5 L (BioFlo 320, Eppendorf, Alemania). Los
cultivos bacterianos fueron preparados en agar nutriente (Difco, EE.UU.) a
37°C.”
Consejo: Usa un lenguaje preciso pero
accesible. Si un lector no especializado encuentra términos técnicos, una breve
explicación puede marcar la diferencia. Por ejemplo, podrías añadir: “El
biorreactor es un equipo que controla temperatura y oxigenación para optimizar
el crecimiento bacteriano.”
2. Diseño experimental:
El plano de tu investigación
Aquí describes la lógica detrás de tu
experimento. ¿Qué tipo de diseño usaste? ¿Cuáles fueron las variables
independientes y dependientes? Este apartado es como el plano de un arquitecto:
muestra cómo organizaste tu experimento para responder a tu pregunta de
investigación.
Ejemplo práctico:
En una tesis sobre el efecto de la luz en el
crecimiento de plantas, podrías escribir:
“Se diseñó un experimento factorial 2x3, con dos niveles de intensidad lumínica
(500 y 1000 lux) y tres tipos de fertilizantes (orgánico, químico y sin
fertilizante). La variable dependiente fue la altura de la planta (cm) medida
tras 30 días.”
Por qué importa: Este apartado ayuda
al lector a entender el “por qué” de tus decisiones. Por ejemplo, explicar que
elegiste un diseño factorial porque permite evaluar interacciones entre
variables refuerza la robustez de tu metodología.
Analogía: Piensa en esta sección como el guion
de una película. Sin un guion claro, los actores (tus materiales y
procedimientos) no saben qué hacer, y el público (los lectores) se pierde.
3. Procedimientos: El
paso a paso
Esta es la parte más detallada de la sección
experimental. Aquí describes cada paso de tu experimento en orden cronológico,
como si estuvieras guiando a alguien a través de un laberinto. La clave es ser
específico sin abrumar al lector con detalles innecesarios.
Ejemplo práctico:
“Se sembraron 50 semillas de Phaseolus vulgaris en
macetas de 500 mL con suelo estéril. Cada maceta se regó con 100 mL de agua
destilada cada 48 horas. Las macetas se colocaron en una cámara de crecimiento
(Conviron, modelo CMP6050) bajo un ciclo de luz/oscuridad de 16/8 horas a 25°C.
La altura de las plantas se midió semanalmente con un calibrador digital
(Mitutoyo, precisión 0.01 mm).”
Consejo: Usa verbos en pasado y voz activa para
dar claridad y dinamismo. Por ejemplo, en lugar de “las semillas fueron
sembradas”, escribe “sembramos las semillas”. Esto hace que el texto sea más
directo y personal.
Historia para conectar: Recuerdo mi primera
tesis como estudiante. Pasé horas redactando la sección experimental, pero mi
tutor me devolvió el borrador diciendo: “Esto es un rompecabezas sin piezas”.
Aprendí que cada paso debe ser tan claro que incluso alguien sin experiencia
pueda seguirlo. Imagina que estás escribiendo para un estudiante como el que
eras al inicio: ansioso, pero lleno de dudas.
4. Análisis de datos:
Cómo interpretaste los resultados
Aquí explicas cómo procesaste los datos para
obtener tus conclusiones. Esto incluye software estadístico, pruebas
específicas (como ANOVA o t de Student) y criterios para determinar
significancia estadística.
Ejemplo práctico:
“Los datos de altura de las plantas se
analizaron mediante un análisis de varianza (ANOVA) de dos vías usando el
software R (versión 4.2.1). Se aplicó una prueba post-hoc de Tukey para
identificar diferencias significativas entre grupos (p < 0.05).”
Por qué importa: Esta subsección
demuestra que tus resultados no son fruto del azar, sino de un análisis
riguroso. Explicar por qué elegiste una prueba específica (por ejemplo, “ANOVA
fue seleccionado por su capacidad para comparar múltiples grupos”) ayuda al
lector a confiar en tus conclusiones.
Selección de fuentes
relevantes: El “por qué” detrás de tus decisiones
La selección de fuentes para respaldar tu
sección experimental es tan importante como los procedimientos mismos. Según
Hernández Sampieri et al. (2014), una buena revisión bibliográfica no solo
fundamenta tu metodología, sino que también contextualiza tu investigación
dentro del campo. Aquí te explicamos cómo elegir fuentes relevantes y por qué
cada paso importa.
1. Busca fuentes
académicas de calidad
Prioriza artículos publicados en revistas
indexadas, libros de autores reconocidos y bases de datos como Scopus o Scielo.
Por ejemplo, autores como Hernández Sampieri (México) o Martínez Roldán
(España) son referentes en metodología de la investigación en habla hispana.
Sus textos ofrecen guías prácticas para estructurar secciones experimentales.
Por qué importa: Usar fuentes
confiables da autoridad a tu trabajo. Es como construir una casa sobre
cimientos sólidos en lugar de arena.
2. Selecciona fuentes
relevantes al contexto
Elige fuentes que se alineen con tu disciplina
y el contexto de tu investigación. Por ejemplo, si tu tesis es sobre
biotecnología, busca artículos en revistas como Bioprocess and Biosystems Engineering. Si tu
trabajo es en ciencias sociales, autores como Guba y Lincoln (1994) pueden ser
útiles para metodologías cualitativas.
Ejemplo práctico: Si estás investigando
el impacto de un fertilizante en cultivos, una fuente como el artículo de Pérez
et al. (2020) en Ciencia y
Agricultura podría ser relevante por su enfoque en experimentos
agrícolas en América Latina.
3. Explica tus
decisiones
No basta con citar; explica por qué una fuente
es relevante. Por ejemplo: “Se siguió el protocolo de García (2018) porque su
metodología para medir biomasa microbiana es ampliamente aceptada en estudios
de suelos tropicales.”
Analogía: Seleccionar fuentes es como elegir
ingredientes para un plato. No usas cualquier especia; eliges las que realzan
el sabor de tu receta específica.
Consejos para un tono
accesible y riguroso
1.
Usa un lenguaje claro: Evita jergas
innecesarias. Por ejemplo, en lugar de “se procedió a la cuantificación de la
biomasa”, escribe “medimos la cantidad de biomasa”.
2.
Incorpora ejemplos concretos: Los ejemplos hacen
que los conceptos abstractos sean más tangibles.
3.
Sé reflexivo: Explica el “por qué”
detrás de cada decisión. Por ejemplo, “elegimos un diseño controlado para
minimizar variables externas, lo que asegura resultados más confiables”.
4.
Conecta emocionalmente: Usa frases como
“imagina que estás en el laboratorio” o “todos hemos sentido la frustración de
un experimento fallido” para acercarte al lector.
Errores comunes y cómo
evitarlos
1.
Falta de detalle: Si omites pasos
clave, el lector no podrá replicar tu experimento. Solución: Revisa tu sección
como si fueras un extraño intentando seguir las instrucciones.
2.
Exceso de tecnicismos: Un lenguaje demasiado
complejo aleja a los lectores no especializados. Solución: Explica términos
técnicos brevemente.
3.
Desorganización: Una narrativa
desordenada confunde. Solución: Usa subtítulos y sigue un orden cronológico.
Conclusión
Escribir una sección experimental es un arte
que combina precisión técnica con narrativa clara. Es tu oportunidad de mostrar
no solo lo que hiciste, sino por qué lo hiciste y cómo otros pueden seguir tus
pasos. Al detallar tus procedimientos con claridad, seleccionar fuentes
relevantes y conectar emocionalmente con el lector, transformas un apartado
técnico en una historia científica convincente.
Para los estudiantes de tesis, este proceso
puede parecer abrumador, pero recuerda: cada paso que documentas es un ladrillo
en el puente de tu investigación. Con práctica y atención al detalle, no solo
cumplirás con los estándares académicos, sino que inspirarás confianza y
admiración en quienes lean tu trabajo.
Bibliografía
·
Creswell,
J. W. (2014). Research Design:
Qualitative, Quantitative, and Mixed Methods Approaches. SAGE
Publications.
·
Hernández
Sampieri, R., Fernández Collado, C., & Baptista Lucio, P. (2014). Metodología de la investigación.
McGraw-Hill.
·
Guba,
E. G., & Lincoln, Y. S. (1994). Competing
paradigms in qualitative research. En N. K. Denzin & Y. S.
Lincoln (Eds.), Handbook of
Qualitative Research. SAGE Publications.
·
Pérez,
J., Gómez, L., & Martínez, R. (2020). “Efecto de fertilizantes orgánicos en
cultivos de maíz”. Ciencia y
Agricultura, 17(2), 45-60.
·
García,
M. (2018). “Protocolos para la medición de biomasa microbiana en suelos
tropicales”. Revista
Latinoamericana de Microbiología, 60(3), 123-130.