CÓMO ESCRIBIR PARA JOURNALS

Adaptarse a guías de publicación específicas 

Para muchos estudiantes e investigadores, la idea de publicar en una revista científica parece un objetivo reservado para académicos consagrados. Sin embargo, escribir para journals es una parte fundamental del proceso formativo universitario, especialmente en el marco de una tesis de grado. No solo es una oportunidad para compartir hallazgos, sino también para formar parte de la conversación científica global.

 

Publicar un artículo académico representa mucho más que un requisito institucional. Es, en muchos casos, la primera prueba real de fuego en el mundo de la investigación. Implica someter el propio trabajo a un escrutinio riguroso, enfrentarse a la crítica constructiva y aprender a comunicar con claridad y solidez intelectual. Y sí, también con humildad.

 

En esta etapa, no es raro sentir una mezcla de entusiasmo y miedo. Uno piensa: ¿y si no estoy a la altura? ¿Y si lo que he escrito no es suficientemente bueno? La verdad es que todos los grandes investigadores comenzaron con esas mismas dudas. Lo importante es asumir que escribir para journals es un proceso —uno exigente, sí, pero profundamente enriquecedor.

 

Este artículo está diseñado para acompañarte en ese camino. Aquí desglosaremos paso a paso cómo adaptarte a las guías específicas de las revistas científicas, cómo estructurar tu artículo según los estándares internacionales y cómo evitar los errores que más frustración generan en los autores primerizos. Lo haremos con rigor, pero también con una voz cercana. Porque más allá de la técnica, escribir para journals es una práctica que se aprende mejor cuando se comprende no solo el “cómo”, sino también el “por qué”.

 

El primer paso: elegir la revista adecuada

Antes de redactar una sola línea, hay una decisión clave: ¿en qué revista deseas publicar? Esta pregunta no es menor. Las revistas científicas no son todas iguales. Varían en alcance temático, nivel de exigencia, idioma, audiencia y requisitos editoriales. Por tanto, elegir bien es una estrategia tan importante como el contenido mismo del artículo.

 

Un buen punto de partida es explorar las revistas donde se han publicado los estudios que nutren tu marco teórico. Si varios de tus autores citados publican en la misma revista, probablemente sea un buen lugar para enviar tu manuscrito. Otra opción es usar bases de datos como Scopus o Redalyc para buscar revistas indexadas por área.

 

Además del enfoque temático, revisa si la revista acepta artículos de grado o si tiene una sección específica para trabajos estudiantiles. Muchas revistas tienen líneas editoriales estrictas y privilegian investigaciones con ciertos métodos o marcos teóricos. Ignorar estas directrices puede derivar en un rechazo inmediato.

 

El idioma también importa. Publicar en inglés puede ofrecer mayor visibilidad, pero si tu dominio del idioma no es óptimo, puede jugar en contra. Algunas revistas permiten publicar en español, portugués u otros idiomas, sin perder prestigio.

 

Finalmente, evalúa el prestigio de la revista (aunque no sea lo único relevante). Si es una publicación con comité editorial reconocido, revisores externos y está indexada, eso sumará valor a tu trabajo académico.

 

Entender las guías para autores: mucho más que una formalidad

Cada revista tiene sus propias normas para recibir y evaluar manuscritos. Estas guías para autores son mucho más que indicaciones sobre formato: son un reflejo de cómo la revista entiende el conocimiento científico. Estudiarlas con atención es una de las formas más simples —y a menudo ignoradas— de aumentar tus probabilidades de aceptación.

 

Generalmente, estas guías incluyen detalles sobre el número máximo de palabras, tipo de fuente, interlineado, márgenes, tipo de archivo, formato de figuras y tablas, y estilo de citación (APA, Vancouver, MLA, entre otros). Pero también presentan directrices estructurales sobre qué secciones debe contener el manuscrito: resumen, introducción, metodología, resultados, discusión, conclusiones, etc.

 

Ignorar estas instrucciones es uno de los errores más comunes en investigadores noveles. Muchos comités editoriales descartan manuscritos por fallos formales antes de siquiera leer el contenido científico. Por eso, seguir las guías al pie de la letra es una forma de demostrar respeto y profesionalismo.

 

Un consejo práctico es descargar uno o dos artículos recientes de la revista que te interesa. Analiza su estructura, el tipo de lenguaje, el modo en que presentan sus resultados, y cómo construyen las conclusiones. Imítalo no para copiar, sino para entender el “tono” de la publicación.

 

Adaptarse a estas guías también implica aceptar que, en ciencia, el contenido siempre debe estar al servicio de la claridad. No se trata de impresionar con palabras rebuscadas, sino de construir un texto legible, riguroso y pertinente.

 

La estructura ideal: adaptarse al formato IMRyD

Uno de los formatos más comunes en la escritura académica es el esquema IMRyD: Introducción, Metodología, Resultados y Discusión. Este modelo permite una lectura lógica, coherente y sistemática del artículo científico, y es ampliamente adoptado por journals de todas las disciplinas.

 

·         Introducción: Presenta el problema de investigación, el contexto teórico y los objetivos. Aquí debes dejar claro por qué tu estudio es relevante y qué brecha en el conocimiento pretende llenar.

 

·         Metodología: Describe el diseño del estudio, el enfoque (cualitativo, cuantitativo o mixto), los instrumentos utilizados, el procedimiento seguido y la muestra seleccionada. La clave está en la transparencia: cualquier persona que lea esta sección debería poder replicar tu estudio.

 

·         Resultados: Aquí presentas los hallazgos sin interpretarlos. Utiliza tablas, gráficos o figuras si es necesario, pero asegúrate de que estén bien explicados. La claridad es esencial.

 

·         Discusión: Compara tus resultados con los de otros estudios, explica lo que significan, reconoce limitaciones y propone futuras líneas de investigación. Esta es, probablemente, la sección más valorada por los revisores.

 

Además, algunos journals exigen una sección de “Conclusiones”, donde se sintetizan los principales aportes del artículo, o un “Abstract” en varios idiomas. Y no olvides incluir palabras clave alineadas con los descriptores utilizados en tu campo de estudio.

 

Claridad, coherencia y precisión: claves del lenguaje académico

Escribir para journals no se trata de usar palabras difíciles. Se trata de comunicar con precisión. Muchos piensan que un artículo académico debe ser complejo para sonar “serio”, pero eso suele ser contraproducente. Un buen artículo científico es claro, directo y estructurado. Cada párrafo cumple una función. Cada oración está al servicio del argumento central.

 

Un aspecto importante es el uso de conectores lógicos. Expresiones como “por lo tanto”, “sin embargo”, “en consecuencia” o “a diferencia de” ayudan al lector a seguir tu razonamiento. También es fundamental mantener la consistencia terminológica: si decides hablar de “análisis cualitativo”, no lo llames luego “revisión temática”.

Evita frases hechas, ambigüedades, redundancias o construcciones demasiado largas. Si una idea puede expresarse en 15 palabras en lugar de 40, elige la forma más corta. La brevedad es una aliada de la claridad, no su enemiga.

 

Además, revisa con atención la ortografía, puntuación y gramática. Muchos editores señalan que los errores formales generan desconfianza respecto al contenido. Si puedes, pide a alguien más que lea tu artículo antes de enviarlo. Un par de ojos frescos detectan mucho más de lo que crees.

 

El arte de citar y construir una bibliografía sólida

Citar bien no es un lujo, es una obligación ética y académica. Significa reconocer el trabajo de otros investigadores, ubicar tu estudio dentro del diálogo científico y ofrecer al lector fuentes confiables para profundizar.

 

El primer paso es identificar qué estilo de citación exige la revista. Los más comunes son APA (usado en ciencias sociales), Vancouver (ciencias de la salud) y MLA (humanidades). Cada estilo tiene reglas específicas sobre cómo citar libros, artículos, sitios web, etc.

 

Pero más allá del formato, lo importante es qué se cita. Tu artículo debe mostrar conocimiento del estado del arte. Eso implica citar tanto autores clásicos como trabajos recientes. Idealmente, tu bibliografía debe combinar libros, artículos indexados y, cuando sea pertinente, tesis, documentos técnicos u otros materiales académicos.

 

Evita fuentes poco confiables como blogs sin revisión, Wikipedia o documentos sin autoría clara. Recuerda que cada fuente que citas también habla de tu rigor como investigador.

 

Además, asegúrate de citar de manera balanceada. No abuses de un solo autor o teoría. Y si tu investigación contradice hallazgos anteriores, cítalos igualmente, pero explica con claridad por qué tu enfoque ofrece otra perspectiva.

 

Revisión por pares: cómo afrontarla y aprender del proceso

Uno de los momentos más críticos del proceso de publicación es la revisión por pares. Cuando envías tu artículo, no se publica automáticamente. Pasa a manos de evaluadores —investigadores del área— que lo leen, lo comentan y recomiendan su aceptación, corrección o rechazo.

 

Recibir críticas puede ser duro, especialmente si es tu primer artículo. Pero es parte esencial del proceso científico. Los revisores no son enemigos; son aliados en la mejora de tu trabajo. Incluso si sus comentarios son duros, casi siempre contienen sugerencias valiosas.

Lo ideal es leer sus observaciones con mente abierta, sin tomarlas como un ataque personal. Si el artículo es rechazado, no te desanimes. Agradece el tiempo invertido por los revisores, ajusta lo necesario y considera enviarlo a otra revista más adecuada.

 

Si te solicitan modificaciones, responde con claridad. Puedes elaborar una carta de réplica donde expliques cómo atendiste cada comentario, y justifiques aquellos cambios que decidiste no implementar.

 

A largo plazo, aprenderás más de los artículos rechazados que de los aceptados a la primera. La revisión por pares te obliga a mejorar tu argumentación, fortalecer tus fuentes y justificar cada decisión metodológica.

 

Errores comunes al escribir para journals (y cómo evitarlos)

Publicar no es sencillo. Muchos trabajos valiosos son rechazados por errores que podrían haberse evitado. Entre los más comunes están:

·         No seguir las guías para autores.

·         Presentar un texto con errores de redacción.

·         No definir claramente el problema de investigación.

·         Excederse en la longitud del artículo o no cubrir el mínimo requerido.

·         Usar fuentes no académicas.

·         No justificar la metodología utilizada.

·         Omitir limitaciones del estudio.

·         Enviar el artículo a una revista que no corresponde con el tema tratado.

Evitar estos errores no garantiza la aceptación, pero aumenta significativamente tus probabilidades de éxito. Y lo más importante: mejora la calidad de tu producción académica.

 

¿Qué hacer después de enviar tu artículo?

Una vez enviado el artículo, empieza la espera. Algunos journals responden en pocas semanas; otros tardan meses. Durante ese tiempo, puedes aprovechar para avanzar en otro proyecto, revisar literatura o seguir formándote.

Si el artículo es aceptado, ¡felicitaciones! Has dado un paso enorme. Si piden correcciones, trabaja en ellas con dedicación. Y si es rechazado, no lo tomes como un fracaso. Todos los grandes investigadores tienen historias de rechazos. Lo importante es aprender, mejorar y volver a intentarlo.

Publicar es un proceso iterativo. Cada intento te hace más fuerte, más claro y más competente. Y cada artículo publicado abre la puerta a nuevas oportunidades académicas.

 

Escribir para journals no es solo cumplir un requisito. Es un acto de madurez intelectual. Es asumir que el conocimiento debe compartirse, debatirse y mejorarse colectivamente. Es aceptar que la ciencia no se hace en soledad, sino en comunidad.

Al principio puede parecer abrumador. Pero cada paso —leer las guías, estructurar el manuscrito, revisar bibliografía, afrontar la crítica— es una parte del viaje. Y al final, ese viaje te transforma. Te convierte en alguien capaz no solo de investigar, sino de comunicar, argumentar y construir conocimiento con otros.

Escribir para journals es, en última instancia, aprender a hablar en el idioma de la ciencia. Y como todo idioma, se aprende practicando, equivocándose, escuchando... y escribiendo.

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