IMPORTANCIA DE LA OBJETIVIDAD

Evitar opiniones personales en textos 

Escribir una tesis de grado es, para muchos estudiantes, el momento culminante de su formación académica. Es un proceso exigente, introspectivo y, en muchos casos, emocional. Invertimos meses —a veces años— investigando, escribiendo, corrigiendo y defendiendo nuestras ideas. Por eso no es extraño que, en medio de este viaje, queramos expresar nuestras opiniones o emociones sobre el tema. Pero aquí se presenta un dilema fundamental: ¿cómo equilibrar la voz personal con la necesidad de rigor? ¿Dónde termina la interpretación legítima y comienza la subjetividad improductiva?

Este artículo se propone aclarar ese límite, resaltando la importancia de la objetividad en la escritura académica, y explicando por qué y cómo evitar opiniones personales en textos de carácter científico, especialmente durante la elaboración de una tesis de grado. A través de un enfoque técnico pero cercano, y utilizando ejemplos y analogías, te acompañaré a comprender no solo el “cómo” sino también el “por qué” de este principio esencial en la producción de conocimiento riguroso.

 

¿Qué es la objetividad en la escritura académica?

La objetividad, en el contexto académico, implica la presentación de información basada en hechos comprobables, datos verificables y argumentos sustentados por fuentes confiables, sin dejarse llevar por emociones, preferencias personales o juicios de valor no fundamentados. Es, en esencia, un compromiso con la verdad intersubjetiva.

Autores como Eco (2001) y Van Dijk (2016) coinciden en que la objetividad no significa frialdad, ni distancia deshumanizada, sino la capacidad de argumentar desde la evidencia, no desde la emoción. En palabras sencillas: no se trata de “no sentir”, sino de no dejar que el sentir contamine el pensar.

Un ejemplo claro: en lugar de decir “Es obvio que el gobierno ha fracasado en su política de salud”, un texto objetivo diría: “Los indicadores sanitarios de los últimos tres años, como la tasa de mortalidad infantil y la cobertura de vacunación, han mostrado un retroceso, lo que ha sido interpretado por diversos autores (González, 2022; Ramírez, 2023) como evidencia de un debilitamiento en la gestión pública de salud”.

 

Por qué evitar las opiniones personales: tres razones clave

 

1. Preservar la credibilidad académica

Cuando un texto se aleja de la objetividad, pierde fuerza argumentativa. Las afirmaciones que no están respaldadas por evidencia se perciben como juicios personales, lo cual puede generar desconfianza en el lector. En un contexto académico, donde el valor del texto reside en su verificabilidad y racionalidad, la subjetividad sin sustento debilita la tesis.

Imaginemos que un estudiante escribe: “En mi opinión, el calentamiento global no es tan grave como dicen”. Aunque todos tenemos derecho a una opinión, en un texto académico esta frase no tiene lugar si no se acompaña de estudios serios que respalden dicha afirmación. De lo contrario, no es una tesis: es una columna de opinión.

 

2. Evitar sesgos cognitivos y emocionales

El pensamiento humano está lleno de sesgos: confirmación, anclaje, disponibilidad… Todos ellos pueden filtrarse en un texto si no se asume una actitud deliberadamente objetiva. La objetividad actúa como un “filtro intelectual” que ayuda a evitar errores comunes como seleccionar solo aquellas fuentes que coinciden con nuestras ideas previas (sesgo de confirmación).

Como menciona Kahneman (2011), pensamos con más emoción que lógica, y eso está bien… salvo cuando estamos construyendo conocimiento académico. Allí, la emoción debe dar paso al método.

 

3. Garantizar el valor universal del conocimiento

Una tesis no es solo una expresión del pensamiento del autor: es una aportación al corpus general del saber. Si está escrita con una mirada personalista, difícilmente podrá dialogar con otros estudios, ser replicada o usada como base para nuevas investigaciones. La objetividad garantiza que lo que decimos tenga valor más allá de nuestra experiencia individual.

 

La línea sutil entre interpretación y opinión

Aquí conviene hacer una distinción crucial: interpretar no es opinar. Toda tesis requiere interpretación de datos, de teorías, de contextos. Pero esa interpretación debe estar anclada en la evidencia.

👉 Por ejemplo:

·         Opinión subjetiva: “Este autor exagera al afirmar que el sistema educativo está en crisis.”

·         Interpretación objetiva: “Si bien el autor califica el sistema educativo como ‘en crisis’, los datos del Ministerio de Educación muestran una mejora en los indicadores de retención escolar entre 2018 y 2023, lo que podría matizar su afirmación.”

El segundo enunciado no es neutro: interpreta, analiza, contrapone. Pero lo hace con base en información verificable. Esa es la diferencia clave.

 

Estrategias para evitar la subjetividad en textos académicos

 

1. Usar lenguaje impersonal y técnico

En lugar de “yo pienso que”, se recomienda utilizar fórmulas como:

·         “Se observa que…”

·         “La evidencia sugiere…”

·         “Diversos estudios indican que…”

Este tipo de formulaciones desplaza el foco desde el autor hacia el objeto de estudio.

 

2. Sustentar cada afirmación con fuentes confiables

Toda afirmación relevante debe estar respaldada por autores, datos estadísticos, informes o estudios. Esto implica una búsqueda bibliográfica rigurosa y estratégica. No basta con copiar lo primero que aparece en Google: hay que seleccionar fuentes académicas, revisadas por pares, y actualizadas.

Un buen consejo práctico es aplicar la regla de “tres apoyos”: si una idea central de tu tesis no puede ser respaldada por al menos tres fuentes serias, quizá debas replantearla.

 

3. Evitar adjetivos valorativos y generalizaciones

Frases como “es evidente”, “es indiscutible”, “todos saben que” o adjetivos como “excelente”, “pésimo”, “terrible” suelen ser indicadores de subjetividad. La ciencia no debe convencer con emoción, sino con evidencia.

👉 En lugar de decir: “La ley es injusta”, escribe: “Diversos sectores sociales han cuestionado la equidad de la ley (Pérez, 2021; Morales, 2022), especialmente por su impacto desproporcionado en comunidades vulnerables”.

 

4. Revisar el texto con mirada crítica

Una estrategia útil es releer el texto preguntándose: “¿Esto lo podría rebatir alguien con otra evidencia? ¿Estoy dejando hablar más a mi intuición que a mis fuentes?” También se puede pedir a un colega que revise el borrador sin saber qué opinas tú sobre el tema. Si puede identificar tu postura personal, probablemente el texto aún no es lo suficientemente objetivo.

 

El desafío emocional de escribir sin opinar

Ser objetivo no es sencillo, especialmente cuando investigamos temas que nos movilizan profundamente. Muchos estudiantes eligen sus temas de tesis por motivos personales: injusticias vividas, preguntas existenciales, vocaciones profesionales. Y eso está bien. Es más: esa conexión emocional puede ser la chispa que enciende una gran investigación.

Pero el desafío está en transformar esa emoción en método, en canalizar la pasión hacia el análisis riguroso. La objetividad no niega el sentimiento: lo disciplina. Como un río que gana fuerza al ser encauzado, nuestras ideas se vuelven más potentes cuando se expresan con precisión, y no con impulso.

 

Analogía: el microscopio del conocimiento

Imaginemos que escribir una tesis es como observar un fenómeno a través de un microscopio. La objetividad es ese lente que permite ver con claridad. Si ponemos nuestro ojo sin filtro, con prejuicios, con emociones, lo que veremos será borroso o distorsionado. El microscopio no elimina lo que sentimos: simplemente permite ver la realidad como es, y no como queremos que sea.

 

Conclusión: el poder transformador de la objetividad

Evitar las opiniones personales en los textos académicos no es una regla arbitraria ni una exigencia meramente formal. Es una condición ética e intelectual del saber. Al ser objetivos, honramos el conocimiento, respetamos a nuestros lectores y nos conectamos con una comunidad más amplia de investigadores que, como nosotros, buscan comprender el mundo desde la razón y la evidencia.

La objetividad no apaga la voz del autor: la afina. La convierte en un instrumento afinado, capaz de dialogar con otros, de ser tomado en serio, de generar impacto. Y eso, al final del día, es lo que toda tesis aspira a lograr.

 

Bibliografía consultada

·         Eco, U. (2001). Cómo se hace una tesis. Barcelona: Gedisa.

·         Van Dijk, T. A. (2016). Discurso y poder. Madrid: Gedisa.

·         Kahneman, D. (2011). Pensar rápido, pensar despacio. México: Debate.

·         González, M. (2022). Políticas de salud pública y gestión estatal en América Latina. Buenos Aires: CLACSO.

·         Ramírez, J. (2023). Indicadores sanitarios y gobernanza en sistemas descentralizados. Bogotá: Editorial Universidad Nacional.

·         Pérez, C. (2021). Derecho y desigualdad en América Latina. Santiago: Fondo de Cultura Económica.

·         Morales, A. (2022). Justicia social y políticas públicas: una revisión crítica. México D.F.: UNAM.

ARGUMENTACIÓN RESPALDADA POR EVIDENCIA

  En el proceso de desarrollar una tesis de grado, una de las habilidades más importantes que un estudiante debe dominar es la capacidad de ...