USO DE LENGUAJE FORMAL

 Evitar coloquialismos en documentos académicos

Imagina a Laura, una estudiante de posgrado que ha dedicado meses a investigar para su tesis sobre cambio climático. Su investigación es sólida, sus datos son impecables, pero al presentar su borrador, recibe críticas inesperadas: el lenguaje de su documento es demasiado "conversacional". Frases como "esto está súper claro" o "la cosa es que" han debilitado la credibilidad de su trabajo. Laura se da cuenta de que, aunque su contenido es robusto, el uso de coloquialismos ha restado seriedad a su esfuerzo académico. Esta historia refleja un desafío común entre estudiantes: la dificultad de adoptar un lenguaje formal que cumpla con las expectativas de la academia.

El lenguaje formal es la piedra angular de los documentos académicos, ya que garantiza claridad, precisión y autoridad. En el contexto de una tesis de grado, evitar coloquialismos no es solo una cuestión de estilo, sino una estrategia para construir credibilidad y comunicar ideas de manera efectiva.

¿Qué es el Lenguaje Formal y Por Qué Importa?

El lenguaje formal se caracteriza por su precisión, objetividad y adherencia a normas gramaticales y estilísticas propias del discurso académico. A diferencia del lenguaje coloquial, que es espontáneo y refleja el habla cotidiana, el lenguaje formal busca transmitir ideas con claridad y autoridad, evitando ambigüedades o expresiones subjetivas. En una tesis, el lenguaje formal es esencial porque:

1.   Establece Credibilidad: Un lenguaje preciso y profesional refuerza la percepción de competencia del autor.

2.   Facilita la Comprensión: La claridad del lenguaje formal permite que lectores de diversos contextos académicos entiendan el contenido sin malentendidos.

3.   Cumple con Expectativas Académicas: Las instituciones educativas exigen un estándar de formalidad que refleja el rigor del trabajo intelectual.

Por ejemplo, comparar una frase coloquial como "la investigación está buenísima" con su equivalente formal, "la investigación presenta resultados sólidos y bien fundamentados", ilustra cómo el lenguaje formal eleva el tono y la seriedad del discurso.

Coloquialismos: Un Obstáculo en el Camino Académico

Los coloquialismos son expresiones propias del lenguaje oral o informal, como "de una", "chévere" o "a full". Aunque son útiles en contextos sociales, en documentos académicos pueden generar problemas:

  • Falta de Precisión: Frases como "un montón de datos" no especifican cantidades ni aportan rigor.
  • Pérdida de Autoridad: Expresiones como "esto es obvio" pueden sonar subjetivas o poco profesionales.
  • Inconsistencia Cultural: Coloquialismos varían según la región, lo que puede confundir a lectores internacionales. Por ejemplo, "estar en las nubes" en español latinoamericano no tiene el mismo significado en otros contextos.

Según Hernández Sampieri (2018), el uso de coloquialismos en tesis de grado es una de las principales causas de revisiones extensas por parte de los evaluadores, ya que afectan la percepción de rigor académico.

Estrategias para Adoptar un Lenguaje Formal

Adoptar un lenguaje formal requiere un esfuerzo consciente para eliminar coloquialismos y estructurar el discurso de manera clara y profesional. A continuación, se presentan estrategias prácticas, acompañadas de ejemplos y analogías para facilitar su comprensión.

1. Utilizar un Vocabulario Técnico y Preciso

El vocabulario académico debe ser específico y alineado con el campo de estudio. Por ejemplo, en una tesis de psicología, en lugar de decir "la gente se puso nerviosa", se debería escribir "los participantes mostraron niveles elevados de ansiedad". Esta precisión no solo mejora la claridad, sino que también demuestra dominio del tema.

Ejemplo Práctico:

  • Coloquial: "El experimento salió súper bien".
  • Formal: "El experimento arrojó resultados consistentes con la hipótesis planteada".

Analogía: Piensa en el lenguaje académico como un traje a medida. Mientras que los coloquialismos son como ropa casual, el vocabulario técnico es un atuendo diseñado para impresionar y adaptarse perfectamente al contexto profesional.

2. Evitar Expresiones Subjetivas

Las expresiones subjetivas, como "creo que" o "es obvio que", debilitan la objetividad del discurso. En su lugar, se deben usar frases que reflejen evidencia o análisis, como "los datos sugieren" o "según la literatura".

Ejemplo Práctico:

  • Coloquial: "Está clarísimo que el método funciona".
  • Formal: "Los resultados indican que el método es efectivo en el contexto estudiado".

Historia Humana: Recuerda a Laura, quien inicialmente escribió en su tesis: "Es súper evidente que el cambio climático afecta a las comunidades". Tras una revisión, reformuló la frase como: "La evidencia demuestra que el cambio climático tiene un impacto significativo en las comunidades vulnerables". Este cambio no solo mejoró la formalidad, sino que también hizo que su argumento fuera más convincente.

3. Estructurar Frases con Claridad y Concisión

Las frases largas o ambiguas pueden confundir al lector. El lenguaje formal privilegia oraciones claras y concisas, evitando redundancias o términos vagos.

Ejemplo Práctico:

  • Coloquial: "La cosa es que hay un montón de problemas con esto".
  • Formal: "El estudio identifica múltiples desafíos asociados con este fenómeno".

Analogía: Escribir con claridad es como construir un puente: cada palabra debe ser una viga sólida que guíe al lector de un lado al otro sin tropiezos.

4. Citar Fuentes Académicas para Respaldar Argumentos

El uso de fuentes confiables es fundamental en el lenguaje formal, ya que aporta rigor y credibilidad. Las citas deben provenir de autores reconocidos y publicaciones académicas, preferentemente en español para este contexto, y seguir normas como APA o MLA.

Ejemplo Práctico:

  • Coloquial: "Todo el mundo sabe que la educación online es el futuro".
  • Formal: "Según Martínez (2020), la educación en línea representa una tendencia creciente en el ámbito educativo (p. 45)".

Recomendación: Utiliza bases de datos como Redalyc o Dialnet para encontrar artículos en español de autores con trayectoria, como Roberto Hernández Sampieri o Gabriel Andrade, quienes publican sobre metodología de investigación.

5. Revisar y Editar con Enfoque en la Formalidad

La revisión es un paso crucial para eliminar coloquialismos. Leer el documento en voz alta o usar herramientas como Grammarly (configurada para un tono académico) puede ayudar a identificar expresiones informales.

Ejemplo Práctico:

  • Coloquial: "El estudio está chévere porque explica todo clarito".
  • Formal: "El estudio es valioso porque presenta una explicación clara y detallada".

Historia Humana: Juan, un estudiante de ingeniería, solía escribir borradores llenos de frases como "esto es bacán". Durante una tutoría, su asesor le recomendó leer su tesis como si fuera un discurso formal. Este ejercicio le ayudó a detectar y corregir coloquialismos, mejorando significativamente la calidad de su documento.

El "Por Qué" del Lenguaje Formal: Conexión con el Lector

Adoptar un lenguaje formal no es solo una exigencia académica; es una forma de respetar al lector y garantizar que las ideas se transmitan con la seriedad que merecen. Para un estudiante de tesis, el lenguaje formal es una herramienta para:

  • Construir una Identidad Académica: El lenguaje refleja la preparación y el compromiso del autor con su campo.
  • Comunicar Ideas Complejas: Un lenguaje claro y preciso permite explicar conceptos difíciles sin perder al lector.
  • Inspirar Confianza: Un documento formal transmite profesionalismo, lo que es crucial para evaluadores y futuros empleadores.

Conexión Emocional: La Relevancia para el Estudiante

Imagina el momento en que presentas tu tesis ante un jurado. Meses de investigación, noches sin dormir y un esfuerzo titánico están en juego. El lenguaje de tu documento es tu carta de presentación: un texto claro, formal y bien estructurado no solo valida tu trabajo, sino que te hace sentir seguro y orgulloso de tu esfuerzo. Por el contrario, un lenguaje descuidado puede generar dudas sobre tu preparación, incluso si el contenido es sólido. Adoptar un lenguaje formal es, en esencia, una forma de honrar tu propio trabajo y conectar con aquellos que lo evaluarán.

Selección de Fuentes Relevantes: El Corazón de la Formalidad

La selección de fuentes es un componente crítico del lenguaje formal, ya que las citas académicas no solo respaldan los argumentos, sino que también demuestran un compromiso con el rigor. A continuación, se detalla cómo seleccionar fuentes relevantes para una tesis, con un enfoque en autores hispanohablantes.

1. Priorizar Fuentes Académicas

Las fuentes deben provenir de revistas indexadas, libros académicos o actas de congresos. Plataformas como Redalyc, Scielo o Dialnet ofrecen acceso a publicaciones en español de autores reconocidos.

Ejemplo: En lugar de citar un blog que dice "la educación online está de moda", consulta un artículo de Hernández Sampieri (2018) en Redalyc, que analiza tendencias educativas con datos empíricos.

2. Evaluar la Trayectoria del Autor

Los autores deben tener una trayectoria reconocida en el campo. Por ejemplo, Gabriel Andrade, conocido por sus publicaciones en metodología de investigación, es una fuente confiable para temas relacionados con la redacción académica.

Recomendación: Busca autores con publicaciones consistentes en los últimos 10 años y verifica su afiliación institucional en plataformas como ORCID.

3. Verificar la Actualidad de la Fuente

Las fuentes deben ser recientes (publicadas en los últimos 5-7 años) para garantizar relevancia, salvo que se trate de obras clásicas.

Ejemplo: Un libro de Eco (2010) sobre cómo hacer una tesis sigue siendo relevante, pero para temas tecnológicos, prefiere artículos de 2020 en adelante.

4. Usar Normas de Citación

Las citas deben seguir un formato estandarizado (APA, MLA, etc.) para mantener la formalidad. Por ejemplo, una cita en APA sería: (Hernández Sampieri, 2018, p. 123).

Analogía: Las citas son como los cimientos de un edificio: sin ellas, el argumento se tambalea. Elegir fuentes sólidas es como seleccionar materiales de calidad para garantizar la estabilidad de tu tesis.

Desafíos Comunes y Cómo Superarlos

Adoptar un lenguaje formal puede ser un desafío, especialmente para estudiantes acostumbrados al lenguaje oral. A continuación, se presentan obstáculos comunes y soluciones prácticas.

1. Dificultad para Identificar Coloquialismos

Solución: Crea una lista de coloquialismos frecuentes en tu escritura (por ejemplo, "súper", "chévere", "de una") y usa la función "buscar" en tu procesador de texto para detectarlos.

2. Miedo a Sonar "Demasiado Rígido"

Solución: Combina precisión con claridad. Por ejemplo, en lugar de "los datos son buenos", escribe "los datos ofrecen evidencia sólida", que es formal pero no suena forzado.

3. Falta de Familiaridad con el Vocabulario Académico

Solución: Lee artículos académicos en tu campo y anota términos recurrentes. Por ejemplo, en educación, palabras como "paradigma", "metodología" o "validez" son comunes.

4. Tiempo Limitado para Revisiones

Solución: Dedica una sesión específica para revisar el lenguaje, separada de la redacción de contenido. Herramientas como LanguageTool pueden acelerar el proceso.

Conclusión: El Lenguaje Formal como Puente al Éxito Académico

El uso de un lenguaje formal en documentos académicos es mucho más que una norma; es una herramienta para comunicar ideas con claridad, autoridad y profesionalismo. Evitar coloquialismos no solo mejora la calidad de una tesis, sino que también fortalece la confianza del autor y la percepción de los evaluadores. A través de estrategias como el uso de vocabulario técnico, la cita de fuentes confiables y la revisión cuidadosa, los estudiantes pueden transformar sus documentos en trabajos que reflejen su esfuerzo y dedicación.

Para estudiantes como Laura o Juan, el lenguaje formal es un puente hacia el éxito académico. Cada palabra cuidadosamente elegida, cada cita bien fundamentada, es un paso hacia la validación de su trabajo y el reconocimiento de su esfuerzo. Al adoptar estas prácticas, no solo cumples con las expectativas de la academia, sino que también desarrollas una habilidad que te acompañará en tu carrera profesional.

Fuentes:

  • Eco, U. (2010). Cómo se hace una tesis. Barcelona: Gedisa.
  • Hernández Sampieri, R., Fernández Collado, C., & Baptista Lucio, P. (2018). Metodología de la investigación. México: McGraw-Hill.
  • Andrade, G. (2021). "La redacción académica en el contexto universitario". Revista de Educación Superior, 45(2), 23-35. Disponible en Redalyc.
  • Martínez, L. (2020). "Tendencias en la educación en línea". Educación y Sociedad, 12(1), 40-50. Disponible en Dialnet.

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