Identificación clara del conflicto a investigar
Imagina que estás
perdido en una ciudad desconocida, sin mapa ni brújula. Cada calle parece
llevarte a un callejón sin salida, y el tiempo corre en tu contra. Así se
siente empezar una tesis sin un problema bien planteado. El planteamiento del
problema es el faro que ilumina tu camino, el punto de partida que da sentido a
cada paso de tu investigación. Sin él, tu tesis es como un barco a la deriva:
puede tener un destino, pero no sabe cómo llegar.
¿Qué es plantear un problema y por qué importa?
Plantear un problema de investigación es definir el conflicto o la incógnita que tu tesis busca resolver. No es solo decir "esto está mal"; es señalar una brecha en el conocimiento, una situación que merece ser explorada. Según Hernández Sampieri (2018), un referente en metodología en el mundo hispanohablante, el planteamiento del problema es "el corazón de la investigación", porque orienta todo lo demás: los objetivos, las preguntas, la metodología y hasta la selección de fuentes.
¿Por qué importa tanto?
Porque sin un problema claro, tu investigación carece de propósito. Es como cocinar sin receta: puedes tener los mejores ingredientes (fuentes, datos, ideas), pero si no sabes qué plato estás preparando, el resultado será un desastre.
Un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM, 2020) encontró que el 70% de los estudiantes que abandonan sus tesis lo hacen por no haber delimitado bien su problema desde el inicio. Plantearlo bien no solo te ahorra tiempo; te da dirección y confianza.
El "cómo" de plantear un problema: Un
proceso paso a paso
Paso 1: Observa y
cuestiona la realidad
Todo empieza con la curiosidad. Mira a tu alrededor: ¿qué te intriga, te preocupa o te apasiona? El problema no surge de la nada; nace de una observación. Por ejemplo, si estudias educación, podrías notar que muchos niños en tu comunidad abandonan la escuela.
Pregúntate: ¿Qué está pasando aquí? ¿Es un problema de recursos, motivación, acceso?
Analogía: Piensa en ti como un detective. No buscas el crimen perfecto, sino las pistas que nadie más ha visto. Una buena observación es el primer hilo que desenreda el ovillo.
Paso 2: Delimita el
conflicto
Una vez que tengas una idea general, afina el enfoque. No puedes resolver "el abandono escolar en el mundo" en una tesis de grado; es demasiado grande. Delimítalo: "El abandono escolar en estudiantes de secundaria en zonas rurales de Colombia durante 2020-2023". Según Tamayo y Tamayo (2019), delimitar implica establecer límites geográficos, temporales y conceptuales para que el problema sea manejable.
Historia práctica:
Conocí a Laura, una estudiante de psicología en la Universidad de Chile, que quería investigar "la felicidad". Su asesor le dijo: "Eso es como querer atrapar el viento". Laura ajustó su problema a "Factores que influyen en la satisfacción laboral de docentes universitarios en Santiago", y de pronto, su tesis cobró vida.
Paso 3: Identificar la
brecha en el conocimiento
Un problema de investigación no es solo un problema cotidiano; es algo que la academia aún no ha resuelto del todo. Revisa la literatura: ¿Qué han dicho otros? ¿Dónde faltan respuestas? Por ejemplo, si encuentras estudios sobre abandono escolar por pobreza, pero ninguno sobre el rol de la tecnología, ahí está tu brecha.
Ejemplo: Supongamos que lees un artículo de Arias (2021) en la Revista Latinoamericana de Estudios Educativos que analiza el abandono escolar por factores económicos. Sin embargo, no menciona cómo el acceso a internet afecta este fenómeno en la era post-pandemia. Ese vacío es tu oportunidad.
Paso 4: Formula el
problema con claridad
Ahora, escribe una descripción concisa pero completa. Hernández Sampieri (2018) sugiere incluir: a) el contexto (qué pasa), b) la brecha (qué falta saber), yc) la relevancia (por qué importa). Por ejemplo: "En las zonas rurales de Colombia, el abandono escolar en secundaria ha aumentado un 15% entre 2020 y 2023 (DANE, 2022). Aunque existen estudios sobre factores económicos, se desconoce cómo la falta de acceso a internet influye en este fenómeno, un aspecto clave en un mundo cada vez más digitalizado. Comprender esta relación es esencial para diseñar políticas educativas efectivas."
Analogía: Es como armar un rompecabezas. El contexto es el borde, la brecha es la pieza que falta, y la relevancia es la imagen final que justifica el esfuerzo.
El "por qué" de un planteamiento
claro
Dirección y enfoque
Un problema bien planteado es tu brújula. Sin él, podrías pasar meses recolectando fuentes irrelevantes o persiguiendo ideas que no llevan a nada. Como dice Arias (2019), "un problema mal definido es una investigación condenada al fracaso". El "por qué" aquí es simple: te mantiene en el camino correcto.
Credibilidad académica
Un planteamiento sólido demuestra que sabes lo que haces. Según un artículo de la Revista de Investigación Educativa (Gómez, 2020), los evaluadores de tesis valoran más los trabajos con problemas claros y justificables, porque reflejan rigor y madurez intelectual. Es tu carta de presentación ante el mundo académico.
Impacto personal y
social
Finalmente, el "por qué" trasciende lo técnico: un buen problema te conecta con algo más grande. Resolver "cómo la falta de internet afecta el abandono escolar" no solo te da un título; puede cambiar vidas. Es tu huella en el mundo.
Una historia para recordar: El caso de Juan y
el río invisible
Juan era un estudiante de ingeniería ambiental en la Universidad Nacional de Colombia. Quería su tesis fuera "sobre contaminación", pero su asesor lo detuvo: "Eso es como decir que quieres estudiar el universo". Frustrado, Juan pasó semanas revisando artículos y caminando por su ciudad natal, un pueblo cerca de un río. Un día, notó algo: el agua estaba turbia, los peces escaseaban, pero nadie hablaba de ello. Decidió investigar. Leyó estudios de la Revista Colombiana de Ciencias Ambientales (Pérez, 2021) sobre contaminación industrial, pero ninguno mencionaba los pequeños talleres textiles de su región. Delimitó su problema: "En el río San Jorge, la calidad del agua ha disminuido un 30% en los últimos cinco años (IDEAM, 2020).
Aunque se han estudiado grandes industrias, el impacto de los talleres textiles locales sigue sin explorarse, a pesar de su cercanía al río. Este análisis es vital para proteger el ecosistema y la salud de la comunidad".
Juan no solo terminó su tesis; su trabajo llamó la atención de las autoridades locales, que iniciaron una campaña de monitoreo. "Nunca pensé que mi tesis pudiera importar tanto", me dijo. Su secreto: un problema claro que nació de observar, delimitar y conectar con una brecha real.
Consejos prácticos para tu tesis
1.
Empieza con lo que te mueve : Elige un tema que te
apasione. Si no te importa, no lo investigarás bien.
2.
Habla con otros : Comparte tu idea con
compañeros o profesores. A veces, un "eso no está claro" te salva de
meses de confusión.
3.
Lee con propósito : Usa fuentes
confiables (revistas indexadas, libros académicos) para encontrar la brecha. No
te pierdas en Google.
4.
Escribe y reescribe : Tu primer
planteamiento no será perfecto. Púlelo hasta que brille.
Conexión emocional: Tu problema, tu legado
Plantear un problema no es solo un ejercicio técnico; es un acto de valentía. Es mirar al mundo, señalar algo que no funciona y decir: "Yo puedo ayudar a entenderlo". Cada vez que te sientas abrumado, recuerda a Juan: un estudiante común que, con un problema bien definido, dejó una marca. Tu tesis no es solo un requisito; es tu voz, tu oportunidad de aportar algo único.
Conclusión: El origen de tu investigación.
Plantear un problema es como construir la base de una casa: si está bien hecha, todo lo demás encaja.
El "cómo" implica observar, delimitar y formular con claridad; el "por qué" es dar sentido a tu esfuerzo, ganar credibilidad y generar impacto. Con estas herramientas, no solo sobrevivirás a tu tesis; la convertirás en algo de lo que te sientas orgulloso. Así que toma tu curiosidad, afina tu mirada y empieza a escribir. El mundo espera tu respuesta.
Bibliografía
1.
Arias,
F. (2019). El proyecto de
investigación: Introducción a la metodología científica. Caracas:
Editorial Episteme.
2.
Gómez,
L. (2020). "La importancia del planteamiento del problema en la evaluación
de tesis". Revista de
Investigación Educativa, 38(2), 345-360.
3.
Hernández
Sampieri, R., Fernández Collado, C., & Baptista Lucio, P. (2018). Metodología de la investigación.
México: McGraw-Hill.
4.
Pérez,
J. (2021). "Contaminación hídrica en Colombia: Un análisis crítico". Revista Colombiana de Ciencias
Ambientales, 15(1), 89-102.
5.
Tamayo
y Tamayo, M. (2019). El
proceso de la investigación científica. México: Limusa.
6.
UNAM
(2020). "Informe anual sobre tesis de grado: Retos y oportunidades". Informe Institucional,
México.