REDACCIÓN DEL OBJETIVO SMART

 El mapa que guía el camino

Imagina que estás a punto de emprender un viaje por carretera. Tienes un destino en mente, pero no hay mapa, ni GPS, ni siquiera una idea clara de cuánto combustible necesitarás o cuánto tiempo te tomará llegar. ¿Qué tan probable es que llegues a donde quieres? Probablemente termines perdido, dando vueltas sin rumbo, o agotado antes de tiempo. Ahora traslada esa imagen a la redacción de una tesis de grado. Los objetivos son tu mapa: sin ellos, el esfuerzo se dispersa, la motivación se desvanece y el trabajo pierde sentido. Pero no basta con tener objetivos; deben ser claros, precisos y bien diseñados. Aquí entra en juego el enfoque SMART: objetivos específicos, medibles, alcanzables, realistas y temporales.

El método SMART, desarrollado originalmente en el ámbito empresarial por George T. Doran en 1981, se ha adaptado con éxito a contextos académicos como herramienta para estructurar metas de manera efectiva. En una tesis de grado, donde el tiempo, los recursos y la presión son factores críticos, aplicar SMART no es un lujo, sino una necesidad. Este artículo explora cómo este enfoque transforma la redacción de objetivos, ofreciendo una guía técnica pero accesible, con ejemplos prácticos y reflexiones que conectan con la experiencia de quien se enfrenta a este desafío. Porque, al final, una tesis no es solo un requisito académico: es un viaje personal que merece llegar a buen puerto.

¿Qué significa SMART y por qué importa en una tesis?

SMART es un acrónimo que resume cinco criterios esenciales para formular objetivos. Vamos a desglosarlo paso a paso, como si estuviéramos armando las piezas de un rompecabezas:

1.   Específicos (Specific): Un objetivo específico responde a las preguntas: ¿Qué quiero lograr? ¿Por qué es importante? ¿Quién está involucrado? Por ejemplo, en lugar de escribir “Estudiar el cambio climático”, podrías decir “Analizar el impacto del cambio climático en la agricultura de pequeños productores en la región Andina”. La claridad elimina la ambigüedad y enfoca el esfuerzo.

2.   Medibles (Measurable): Si no puedes medir tu progreso, ¿cómo sabrás que estás avanzando? Un objetivo medible incluye indicadores concretos: cantidades, porcentajes, plazos. Por ejemplo, “Evaluar el 80% de las políticas públicas sobre educación implementadas en Colombia entre 2015 y 2020” te da una meta tangible.

3.   Alcanzables (Achievable): Soñar en grande está bien, pero una tesis tiene límites de tiempo y recursos. Un objetivo alcanzable considera tus capacidades y contexto. “Resolver el hambre mundial” no es viable en una tesis, pero “Identificar tres estrategias efectivas para reducir la inseguridad alimentaria en una comunidad rural” sí lo es.

4.   Realistas (Realistic): Este criterio va de la mano con lo alcanzable, pero añade un toque de pragmatismo. ¿Es factible con los datos, el tiempo y las habilidades que tienes? Por ejemplo, si no hablas japonés ni tienes acceso a archivos en Tokio, no plantees analizar documentos primarios de la Segunda Guerra Mundial en ese idioma.

5.   Temporales (Time-bound): Todo objetivo necesita una línea de tiempo. “Terminaré mi análisis de datos antes del 15 de junio” establece un límite que impulsa la acción y evita la procrastinación.

¿Por qué importa esto en una tesis? Porque una tesis no es un ejercicio abstracto: es un proyecto con un propósito definido (graduarte) y restricciones reales (fechas de entrega, aprobación del tutor). Los objetivos SMART actúan como un contrato contigo mismo y con tu evaluador, asegurando que ambos sepan hacia dónde vas y cómo llegarás.

El “cómo” de SMART: Una guía práctica para redactar objetivos

Redactar objetivos SMART no es magia; es un proceso metódico. Vamos a construirlo con un ejemplo concreto: supongamos que estás escribiendo una tesis sobre la educación secundaria en tu país.

  • Paso 1: Define el propósito general. Empieza con una idea amplia: “Quiero entender cómo las políticas educativas afectan el rendimiento estudiantil”. Este es tu objetivo general, el “qué” de tu investigación.
  • Paso 2: Divide en objetivos específicos. Aquí entra SMART. Desglosa el propósito en metas puntuales. Por ejemplo:
    • Específico: “Analizar el impacto de la reforma educativa de 2018 en el rendimiento de estudiantes de secundaria en matemáticas en escuelas públicas de Bogotá”.
    • Medible: “Comparar las tasas de aprobación en matemáticas de 500 estudiantes antes y después de la reforma, usando datos oficiales del Ministerio de Educación”.
    • Alcanzable: “Limitar el análisis a cinco escuelas públicas con datos disponibles en línea”.
    • Realista: “Basarme en estadísticas existentes, sin realizar encuestas primarias debido a restricciones de tiempo”.
    • Temporal: “Completar la recolección de datos antes del 30 de abril de 2025 y el análisis antes del 15 de mayo de 2025”.
  • Paso 3: Revisa y ajusta. Lee tus objetivos en voz alta. ¿Son claros? ¿Podrías explicárselos a un amigo que no sabe de investigación? Si no, simplifica. Por ejemplo, elimina jerga innecesaria como “indagar epistemológicamente” y usa “explorar” o “examinar”.

Un buen objetivo SMART es como una receta: tiene ingredientes precisos (qué), medidas exactas (cuánto), un método viable (cómo) y un tiempo de cocción (cuándo). Sin uno de estos, el plato no sale bien.

El “por qué” detrás de SMART: Más allá de la técnica

Ahora que sabes cómo aplicar SMART, hablemos del porqué. Una tesis no es solo un documento; es una prueba de resistencia emocional e intelectual. Cuando redactas objetivos difusos, te condenas a meses de frustración: no sabes si estás avanzando, tu tutor te pide cambios constantes y el estrés se acumula. SMART te da control. Es como ponerle barandas a un puente: te mantiene en el camino y evita que caigas al vacío.

Piensa en Ana, una estudiante de psicología que conocí hace unos años. Su primer objetivo fue “Estudiar el estrés en universitarios”. Era tan vago que pasó semanas leyendo artículos sin rumbo, hasta que su tutor le dijo: “Esto no me dice nada”. Con SMART, lo transformó en “Evaluar el nivel de estrés en 200 estudiantes de primer año de la Universidad Nacional mediante encuestas validadas, entre marzo y abril de 2023”. De repente, tenía un plan, un foco y una meta clara. Terminó su tesis a tiempo y con honores.

El “por qué” también es personal. Una tesis bien estructurada no solo te gradúa; te enseña disciplina, claridad y confianza. Esas habilidades se quedan contigo mucho después de la defensa.

Ejemplos prácticos: SMART en acción

Veamos más ejemplos para diferentes disciplinas:

  • Ciencias sociales: “Examinar cómo el acceso a internet influye en la participación política de 300 jóvenes de 18 a 25 años en Lima, usando datos de encuestas nacionales entre mayo y julio de 2025”.
  • Ingeniería: “Diseñar un prototipo de filtro de agua portátil que purifique 10 litros diarios, utilizando materiales reciclados, para ser probado en una comunidad rural antes de agosto de 2025”.
  • Educación: “Capacitar a 15 docentes de primaria en el uso de herramientas digitales, midiendo su adopción en un 70% durante el segundo semestre de 2025”.

Cada ejemplo cumple los cinco criterios SMART y refleja el contexto del estudiante. La clave está en adaptar la fórmula a tu realidad.

Errores comunes y cómo evitarlos

Incluso con SMART, es fácil tropezar. Aquí van algunos errores frecuentes:

  • Ser demasiado ambicioso: “Analizar todas las leyes educativas del mundo” no es alcanzable ni realista. Enfócate en un ámbito manejable.
  • Omitir indicadores: “Mejorar la educación” no es medible. Añade “aumentar el rendimiento en un 10%” o algo concreto.
  • Ignorar el tiempo: Sin plazos, procrastinas. Define fechas específicas.

Para evitarlos, revisa tus objetivos con preguntas simples: ¿Qué quiero exactamente? ¿Cómo sabré que lo logré? ¿Puedo hacerlo con lo que tengo? ¿Cuándo estará listo?

Reflexión final: SMART como brújula personal

Escribir una tesis es como escalar una montaña: requiere preparación, esfuerzo y una ruta clara. Los objetivos SMART son tu brújula: te orientan, te motivan y te recuerdan que el summit es alcanzable. No se trata solo de técnica; se trata de dar sentido a tu trabajo y de demostrarte a ti mismo que puedes llegar lejos.

Así que, mientras redactas tus objetivos, piensa en el estudiante que eras al empezar y en el profesional que serás al terminar. Haz que cada meta cuente, no solo para tu tesis, sino para tu historia.


Bibliografía consultada

1.   Doran, G. T. (1981). There’s a S.M.A.R.T. way to write management’s goals and objectives. Management Review, 70(11), 35-36. (Nota: Aunque este texto está en inglés, ha sido ampliamente referenciado y adaptado en publicaciones en español).

2.   Hernández Sampieri, R., Fernández Collado, C., & Baptista Lucio, P. (2014). Metodología de la investigación (6ª ed.). México: McGraw-Hill. (Un clásico en español para la redacción de objetivos en investigación).

3.   Eco, U. (2013). Cómo se hace una tesis: Técnicas y procedimientos de estudio, investigación y escritura. Barcelona: Gedisa. (Edición en español que aborda la importancia de la claridad en los objetivos).

4.   Tamayo y Tamayo, M. (2012). El proceso de la investigación científica (5ª ed.). México: Limusa. (Referencia en español sobre la estructuración de metas en proyectos académicos).

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