COHERENCIA ENTRE OBJETIVOS Y METODOLOGÍA

 

Cuando se emprende el arduo camino de una tesis de grado, uno de los desafíos más complejos y cruciales es establecer una coherencia sólida entre los objetivos planteados y la metodología que se empleará para alcanzarlos. Esta alineación no solo garantiza un proceso de investigación eficiente y bien estructurado, sino que también le confiere credibilidad y rigor académico al trabajo final. Este artículo tiene como propósito explorar la importancia de dicha coherencia, brindar ejemplos prácticos y mostrar cómo una correcta elección metodológica puede facilitar la consecución de los objetivos propuestos.

El porqué detrás de la coherencia entre objetivos y metodología

Imaginemos que alguien decide construir una casa. Los planos de esa casa son los objetivos de la investigación, y las herramientas que se usarán para la construcción representan la metodología. Si los planos indican que se construirá un edificio de tres pisos, pero las herramientas disponibles son solo para un pequeño bungalow, el resultado será ineficaz e inconsistente. Lo mismo sucede en una tesis de grado: los objetivos marcan el destino, pero es la metodología la que te permitirá llegar allí.

La coherencia entre estos dos elementos es fundamental, ya que define el éxito de la investigación. Si los objetivos no son claros o no están bien estructurados, la metodología se desorientará. Y si la metodología es inapropiada para los objetivos, se desperdiciarán recursos, tiempo y esfuerzo, y los resultados finales estarán plagados de inconsistencias.

Los objetivos: La brújula de la investigación

Los objetivos de una tesis son la brújula que guían todo el proceso investigativo. Deben ser claros, alcanzables y medibles. Al formularlos, el investigador debe preguntarse: ¿Qué quiero lograr con esta investigación? ¿Qué nuevas respuestas o soluciones aportará mi estudio?

Por ejemplo, si el objetivo general de una tesis es “identificar los factores que influyen en la deserción escolar en comunidades rurales”, los objetivos específicos pueden incluir: (1) analizar el impacto socioeconómico en la tasa de deserción escolar, y (2) estudiar la influencia de la infraestructura educativa en la decisión de continuar los estudios. Estos objetivos permiten delimitar y dar dirección clara al trabajo investigativo.

Clasificación de los objetivos

1.   Objetivo General: Es el fin último que se persigue con la investigación. Suele estar relacionado con la pregunta principal de la tesis y debe expresarse de manera amplia, pero precisa. Ejemplo: "Analizar el impacto de la tecnología educativa en el rendimiento académico de estudiantes de secundaria."

2.   Objetivos Específicos: Estos son pasos más pequeños que desglosan el objetivo general en áreas específicas de estudio. Son más concretos y delimitados, y se pueden medir. Ejemplo: "Evaluar el uso de plataformas digitales en el aprendizaje de matemáticas."

Cada uno de estos objetivos debe alinearse con la metodología adecuada para ser alcanzado de manera eficiente.

La metodología: El camino hacia la meta

Una vez establecidos los objetivos, es momento de definir la metodología, es decir, cómo se llevará a cabo la investigación. Existen diversas metodologías en función del tipo de investigación, y cada una de ellas tiene sus propias herramientas y enfoques que deben ser elegidos con precisión para garantizar que se respondan las preguntas planteadas.

Algunas de las metodologías más comunes son:

1.   Investigación cuantitativa: Se basa en datos numéricos y análisis estadísticos. Es útil cuando se quieren medir variables, establecer correlaciones o analizar tendencias. En el caso de nuestro ejemplo sobre la deserción escolar, podríamos usar encuestas para recopilar datos de un gran número de estudiantes y analizar las variables que más influyen en la deserción.

2.   Investigación cualitativa: Se enfoca en entender el "por qué" y el "cómo" de los fenómenos a través de la observación, las entrevistas en profundidad o los grupos focales. Esta metodología sería ideal si quisiéramos comprender las percepciones y experiencias individuales de los estudiantes que abandonan la escuela.

3.   Investigación mixta: Combina elementos de ambas metodologías, cuantitativa y cualitativa, para ofrecer una visión más completa del fenómeno. Este enfoque permitiría, por ejemplo, cuantificar el impacto de los factores socioeconómicos en la deserción escolar, al mismo tiempo que se recogen testimonios personales de los estudiantes sobre sus experiencias educativas.

La selección de la metodología debe depender del tipo de objetivo que se persigue. Un error común es definir una metodología que no tiene relación directa con los objetivos, lo que puede derivar en resultados inconclusos o irrelevantes.

Coherencia y fluidez: Cómo la metodología impulsa los objetivos

Para que los objetivos de una tesis se cumplan, la metodología debe estar alineada de manera coherente con ellos. A continuación, se detallan algunas situaciones prácticas donde la falta de coherencia puede ser perjudicial, así como ejemplos de cómo lograr esta coherencia.

Ejemplo 1: Objetivos ambiciosos, metodología inadecuada

Imaginemos una tesis cuyo objetivo es “estudiar los efectos del cambio climático a nivel global en la biodiversidad marina”. Este objetivo es extremadamente amplio y ambicioso, por lo que la metodología debe estar a la altura. Sin embargo, si se plantea una metodología cualitativa basada en entrevistas con pescadores locales, no será suficiente para abordar un tema de tal magnitud. La investigación requeriría un enfoque cuantitativo, con datos globales sobre especies marinas, temperatura del agua, y cambios en los ecosistemas.

Aquí, la metodología seleccionada no responde de manera adecuada al objetivo planteado, y como resultado, la tesis fracasará en alcanzar conclusiones relevantes.

Ejemplo 2: Metodología compleja, objetivos simples

Por otro lado, si los objetivos de una tesis son más concretos, como “identificar el nivel de satisfacción de los clientes en una tienda de tecnología”, sería innecesario emplear una metodología compleja como la investigación mixta con análisis estadístico y entrevistas detalladas. Un enfoque más simple, basado en encuestas de satisfacción, sería suficiente para cumplir con los objetivos planteados.

Esto demuestra que una metodología excesivamente compleja para objetivos más sencillos puede sobrecargar la investigación y generar confusión o datos innecesarios.

Ejemplo 3: Logrando coherencia

Supongamos ahora que el objetivo de la tesis es “analizar los efectos del aprendizaje virtual en la motivación de los estudiantes universitarios”. Este objetivo puede abordarse adecuadamente mediante una metodología mixta. Por un lado, se puede aplicar una encuesta cuantitativa para medir el nivel de motivación antes y después del uso de herramientas virtuales. A la vez, se pueden realizar entrevistas en profundidad para entender las experiencias y percepciones individuales de los estudiantes, permitiendo así obtener una visión holística del fenómeno.

Este es un ejemplo claro de coherencia entre objetivos y metodología, ya que ambos se complementan para proporcionar respuestas precisas y bien fundamentadas.

El arte de conectar metodología y objetivos: Reflexiones finales

La coherencia entre objetivos y metodología en una tesis no es solo una cuestión técnica, es un arte que requiere reflexión, conocimiento profundo del tema y una planificación cuidadosa. Esta conexión es lo que permite que la investigación fluya de manera natural y los resultados sean relevantes y confiables.

El investigador debe entender que no se trata únicamente de cumplir con requisitos formales, sino de crear un proyecto sólido y robusto que ofrezca respuestas claras a las preguntas planteadas. Como en el ejemplo de la construcción de una casa, la calidad del resultado final dependerá de qué tan bien se alineen los planos (objetivos) y las herramientas (metodología).

Bibliografía consultada

  • Hernández Sampieri, R., Fernández Collado, C., & Baptista Lucio, P. (2014). Metodología de la investigación. McGraw-Hill.
  • Martínez, M. (2017). Cómo hacer una tesis: Metodología y técnicas de investigación. Ediciones Rialp.
  • Taylor, S. J., Bogdan, R., & DeVault, M. (2015). Introducción a los métodos cualitativos de investigación. Editorial Paidós.
  • Yin, R. K. (2018). Case Study Research and Applications: Design and Methods. SAGE Publications.

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